Friday, April 22, 2011

Reflexión de las acciones morales en "La muerte y la doncella"


Las acciones morales forman una gran parte de la obra “La muerte y la doncella” por Ariel Dorfman.  Empezando al principio, cada acción de cada personaje añade un elemento al tono y a la historia.  Con sólo tres personajes, el ambiente es más íntimo y los pensamientos y las decisiones de los personajes tienen un efecto más grande.  Con un montón de acciones diferentes en que se puede reflexionar, también se puede conectar las acciones que llevan a cabo los personajes y sus personalidades.  Es decir, por sus acciones morales, se puede aprender mucho del personaje. 
            La primera acción importante es cuando Roberto decide a ayudar a Gerardo con su coche.  Al hacer esto, Roberto se incluye en la historia que resulta en una situación sorprendente cuando regresa a la casa de Gerardo.  La decisión de ayudar nos muestra que, al principio, Roberto parece ser un hombre de buenos morales.  Luego, Roberto oye el nombre de Gerardo en la radio cuando habla de la Comisión, y regresa a su casa para hablar con él y para ofrecer su ayuda otra vez, ahora con la Comisión.  Cuando hace esto, empieza a percibirse un sentimiento un poco extraño sobre él.  Esta acción no parece normal en que la hace por el medio de la noche.  Sin embargo, al hablar Roberto con Gerardo, Paulina le escucha, empezando un cambio grande en la historia. 
            Después de oír la voz de Roberto, Paulina la reconoce como uno de los hombres que le torturaban a ella durante el régimen de Pinochet. Cuando decide Roberto que va a quedarse en la casa de Gerardo y Paulina por la noche, Paulina crea un plan de venganza.  Al despertarse Roberto, está atado a una silla con calcetines en su boca.  Paulina también está allí con su revólver.  Esta acción de acusar a Roberto de su tortura crea un tono bastante diferente en el resto de la historia.  Además, esta acción nos dice algo sobre Paulina.  Se puede ver que la tortura es algo que obviamente todavía le molesta a Paulina, y que es algo de su pasado que no ha sido resuelto.  Pero cuando Gerardo ve lo que está pasando entre Paulina y Roberto, tiene otra opinión de lo que debe pasar.
            Al principio, Gerardo se siente extremadamente confundido y cree que Paulina está enferma cuando le dice a él que Roberto era uno de sus torturadores.  Decide que va a ayudar a Roberto lo que nos indica que Gerardo es un hombre fiel a la ley y a los derechos humanos. Aún cuando su esposa tiene razón en que es un hombre malo, Gerardo tiene que ser lo que es correcto por la ley.  Una manera de ayudar a Roberto es decirle la historia de Paulina de lo que pasó durante las torturas antes de que tenga que contarla enfrente de Paulina.  Sin embargo, Paulina le dice a Gerardo algunas cositas incorrectas para ver si Roberto las corrige  cuando cuenta su versión de la historia.  Y como pensaba, las corrigió. La ayuda de Gerardo actualmente afirma las creencias de Paulina.  Pero esta acción de Gerardo no es la única acción que contribuye a la historia. 
            Al fin de la obra cuando Gerardo y Paulina están discutiéndolo que van a hacer con Roberto, Gerardo admite que había sido infiel cuando Paulina estaba prisionera de Pinochet.  Está admisión le pintó de otro color.  Antes, parecía que Gerardo era un hombre respetable que seguía las leyes y los derechos humanos, pero ahora se descubre que tiene un lado no tan bueno.  Claro que le duele a Paulina saber lo que pasó con la otra mujer, pero ellos deciden que no son perfectos y que se necesitan ahora más que antes.  Pero Paulina todavía tiene una decisión difícil – si matar a Roberto o no.
            Al fin Paulina decide que no va a matar a Roberto y que sólo quiere que admita sus acciones para nunca verlo otra vez.  Si yo fuera Paulina, creo que no mataría a Roberto.  No soy una persona violenta, y para mí, matarlo no me daría suficiente satisfacción.  Sé que querría matarlo, pero no podría hacerlo.  Me parece que querría alguna forma de tortura para él, pero no sé que exactamente.  Algo donde  Roberto descubriera que lo que hizo fue terrible y querría yo que se sienta extremamente mal por sus acciones.  Pero es una situación difícil que no puedo entender con tanta claridad como la que tiene Paulina.  Seguro que merece morir por lo que hizo, pero no por mis manos. 
            Sobre todo,  los tres personajes llevan muchas acciones morales diferentes que añaden a la historia.  Y con cada acción, hay algo que aprender sobre el personaje y su personalidad.  Sin este aspecto, la historia no significa tanto y entonces no resulta tan interesante.  

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