Friday, April 22, 2011

Análisis de unos cuentos chilenos


        El cuento puede decirnos mucho sobre una época, una persona, o un evento.  El estilo de escritura y los elementos que usa el autor tienen una gran influencia en la historia y deben ser notados.  Los cuentos vienen de direcciones muy diferentes pero pueden tener semejanzas también.  Las semejanzas normalmente aparecen en los elementos básicos de un cuento, como los narradores, el papel del protagonista, y tipo de desenlace.  Las diferencias vienen de cualquier otro elemento del cuento, como el uso del lenguaje, los diferentes personajes, y las historias en general.  Comparando los cuentos “Ómnibus al amanecer” por Diego Muñoz Valenzuela y “Asuntos de la distancia” por Sonia González, reconocemos muchas semejanzas entre los dos pero algunas diferencias también.  Los otros dos que se puede comparar son “Los muertos vivos” por Alberto Fuguet y “Dos palabras” por Isabel Allende.  Estos vienen de lugares y tiempos bastante distintos, pero comparten algunos rasgos a la misma vez,  los cuatro cuentos juntos proveen una lectura bastante interesante y que se puede comparar de muchas maneras también.
            Empezando con los dos cuentos “Ómnibus al amanecer” y “Asuntos de la distancia,” hay muchos aspectos similares que se pueden encontrar entre estas dos historias.  Primero, tienen el mismo tipo de narrador, en los dos se emplea un narrador de primera persona testigo que es el protagonista.  En “Ómnibus al amanecer” se puede ver esto con la línea “Trabajo en una oficina como el resto del mundo” (Valenzuela 115).  En “Asuntos de la distancia” se puede ver en la cita “Parece que te estoy viendo sentada en el comedor con las otras mujeres del pueblo” (González 99).  Este tipo de narrador nos da una vista directa a lo que está pasando en el cuento y también que podemos ver y sentir las emociones y los sentimientos del protagonista. 
            Otra semejanza que comparten es el tipo de cuento que es realista.  Una obra realista describe la vida diaria y lo que realmente pasa en el mundo.  No hay fantasía o imágenes extravagantes que añaden a la historia.  Todo es algo que se puede ver o sentir en el mundo real, incluso las emociones.  Un ejemplo de “Ómnibus al amanecer” es los sentimientos del narrador hacía los coches. “Odio los automóviles. Nunca aprendí a conducirlos. Son unas bestias indóciles y repugnantes.  Jamás hacen lo que uno quiere, son los más estúpidos. Por eso prefiero viajar en ómnibus al trabajo” (Valenzuela 115). Esto explica un aspecto de su vida diaria en la manera en que llega a su trabajo.  También muestra sus sentimientos y emociones reales.  Un ejemplo de “Asuntos de la distancia” es “Y ese diálogo es distinto al que propone la mirada del hombre que está tres personas atrás de mí en la fila, también un diálogo de accidentes menores y cotidianos, pero distinto” (González 101).  Esto nos explica que está en una fila viviendo la vida cotidiana, escuchando diálogos de otras personas, que también son típicas.
            Un tercer elemento que tienen en común es el desenlace.  Los dos cuentos muestran un desenlace abierto en el que no sabemos lo que va a pasar después del fin.  No sabemos nada de la película que va a ver la narradora de “Asuntos de la distancia” y también no sabemos nada más del día del narrador de “Ómnibus al amanecer.” Sólo explican un momento en el tiempo más o menos, con alguna reflexión a otras cosas.  No nos explican mucho del futuro o algún tiempo más del presente inmediato. 
            Una manera en que se diferencian es por el lugar. En uno de los cuentos, el narrador cuenta la historia de tomar el ómnibus cada día a su trabajo,  expresa sus sentimientos y también los que se sienten las personas con quienes trabaja sobre tomar este ómnibus.  Parece ser una gran parte de su día que tiene alguna importancia, por la que quiere decirnos sobre sus experiencias.  El lugar del otro cuento es la cola de un cine. La mayoría del cuento es ella, esperando en esta cola, pensando y observando a la otra gente.  Mientras espera, piensa mucho en su vida y su soledad. “Hay tantas maneras de evitar que la soledad te coja y te meta bruscamente en el túnel de los sueños truncos”  (González 100). Esta soledad es el tema más grande que vemos en sus pensamientos.
            Como se puede ver, estos dos cuentos comparten muchos aspectos similares aunque son historias completamente diferentes.  Con el narrador, tipo de cuento, y desenlace, parecen los mismos, pero el lugar es un aspecto que apoya la diferencia.  Esta diferencia es importante en que hay que haber algunos temas diferentes para mantener una historia única.  Dos cuentos que tienen más diferencias que semejanzas son “Dos palabras” y “Los muertos vivos.”
            Una primera diferencia entre estos dos cuentos es el tiempo en que pasan.  “Los muertos vivos” está pasando en los años ochenta, y “Dos palabras” está pasando a los fines del siglo diecinueve y principios del siglo veinte.  Estas dos épocas son bastante diferentes en términos de la gente y su comportamiento.  En los años ochenta, la gente se vuelve un poco más loca, y la música “rock” es muy popular.  Durante la época de “Dos palabras” la gente parece ser más reservada, y no tan loca com la del otro cuento.  También la tecnología puede tomar un papel en diferenciar estos dos cuentos con referencia a la época.  No hay referencias a coches o algún otro objeto moderno en “Dos palabras,” mientras que  aparecen muchas cosas modernas, como el tipo de música que usa instrumentos electrónicos, en “Los muertos vivos.”
            Otra diferencia está en los temas prominentes que aparecen en los cuentos. Un tema prominente de “Los muertos vivos” es las drogas y el alcohol.  “¿Hay más pisco, Conejo?” (Fuguet 36).  Otro ejemplo es, “Marushka se traga una píldora” (Fuguet 39).  Estas substancias eran muy populares y comunes en los años ochenta, y parecían en casa todas las partes.  Entonces, no es una sorpresa que están en este cuento, especialmente con la música “rock.”  Un tema prominente del cuento “Dos palabras” es el amor.  La chica le vende estas dos palabras al coronel, y el coronel se vuelve obsesionado con ellas. “Estaba repitiendo sus dos palabras secretas, como hacía cada vez con mayor frecuencia (Allende 17).  Los sentimientos transforman al amor, y una cita que apoya esto es “El Coronel y Belisa Crepusculario se miraron largamente, midiéndose desde la distancia” (Allende 18).  Al fin del cuento, explica que las otras personas pueden comprender las emociones entre ellos como las del amor. 
            Una tercera diferencia es los personajes en general.  Parecen en uno un grupo de “rock” y en otro una chica inocente vendiendo palabras.  El grupo de “rock” es unos chicos locos que les gusta festejar y tomar drogas y alcohol.  Viven la vida estereotípica de los hombres de “rock” que es una vida rápida y llena de cosas peligrosas pero aventurosas.  En el otro lado, hay solamente una chica pobre que le vende las palabras a la gente del pueblo.  Es casi el opuesto de los personajes del otro cuento.  Esta chica sólo quiere sobrevir económicamente y lo hace en una  manera respetable en vez de tomar substancias peligrosas y, a veces, ilegales, y vivir una vida loca y rápida. 
            Entre tantas diferencias de los dos cuentos, también comparten una semajanza.  Los dos se emplean el mismo tipo de narrador, que es de tercera persona omnisciente.  Un narrador de tercera persona nos da la imagen de lo que está pasando desde una distancia.  El aspecto omnisciente nos permite entrar en los pensamientos de los personajes.  Un ejemplo de “Dos palabras” es “Tenía el nombre de Belisa Crepusculario, pero no por fe de bautismo o acierto de su madre, sino porque ella misma lo buscó hasta encontrarlo y se vistió con él” (Allende 11).  La forma de los verbos puede decirnos que está en tercera persona, y también que alguien está hablando de ella desde una distancia.  Un ejemplo de “Los muertos vivos” es “Justo después de volver del veraneo, pensaron ir a uno de esos saunas que había cerca de Los Cobres de Vitacura para celebrar los quince del Bambam, el mayor del grupo, pero se les hizo” (Fuguet 29).  Esto también nos muestra la escena de una persona que no está presente directamente con el grupo de jovenes.  La omniscencia es evidente en citas así: “Debe ser fabuloso, debe ser terrible estar allá arriba, piensa el Conejo, que sigue mirando a la Marushka , solo, entre un grupo de gordas que se saben todas las letras y usan chapitas pro Vicaría” (Fuguet 39).   Este tipo de narrador que se usa en los dos cuentos ofrece una perspectiva diferente, pero muy útil también.
            Estos cuatro cuentos toman rutas diferentes en sus historias, pero también hay algunos elementos que tienen en común.  Si nada más, estos cuentos proveen algo divertido en leerlos por las historias distintas.  Hay épocas diferentes, personajes muy diferentes, y elementos básicos que son diferentes pero similares a la misma vez, dependiendo de cuál cuento se mire.  Las muchas maneras de compararlos nos da una foto especial de todos, una que a veces parece igual que otras, pero que es muy única sobre todo. 
           
           
Trabajo citado
Allende, Isabel. Dos palabras. Barcelona: RBA Editores, 1989. 11-18. Cuentos de Eva Luna. Print.
Fuguet, Alberto. Los muertos vivos. Doral: Santillana USA Publishing Co, 2004. 29-44. Sobredosis/Overdose. Print.
González, Sonia. Asuntos de la distancia. Madrid: n.p., 2006. 99-103. Cuentos Chilenos: una Antología. Print.
Valenzuela, Diego M. Ómnibus al amanecer. Madrid: n.p., 2006. 115-19. Cuentos Chilenos: una Antología. Print.

No comments:

Post a Comment